Bangladés: miles de obreros luchan contra el capitalismo burocrático

Imagen de cabecera: el proletariado bangladesí toma las calles en Dhaka. Fuente: Al Jazeera, Mahmud Hossain Opu

Las protestas proletarias en Bangladés han continuado con fuerza en las últimas semanas, obligando a posicionarse a los imperialistas y a sus lacayos en el país semicolonial y semifeudal, y mostrando la hipocresía del sistema imperialista. Recientemente hay noticias de movilizaciones proletarias en Bangladés que han reunido a 25.000 proletarios, muchos más que al principio de las protestas, y con choques con la policía. Ya hemos informado anteriormente de estas protestas en el país.

Choques entre los proletarios y los oficiales de policía en una manifestación en Bangladés. Fuente: The Current.

El Estado de Bangladés continúa tratando de contener la situación mediante una brutal represión: continúa desplegando fuerzas paramilitares, militares y policiales en las áreas industriales de Dhaka. Esto incluye un despliegue paramilitar que aumenta progresivamente, y que se destina a proteger las fábricas y evitar que sean cerradas por los manifestantes. De momento se han desplegado 44 pelotones de la Guardia Fronteriza de Bangladés (Border Guard Bangladesh – BGB). El proletariado bangladesí responde ante esta represión con fuerza, lanzando ladrillos contra la policía y recientemente han herido a un alto cargo policial que estaba en la zona. La policía ha asesinado a otros dos obreros recientemente. En una manifestación pacífica ocurrida el 8 de noviembre, la policía cargo para dispersar a los manifestantes y alejarles de la vía pública. En estos choques, la policía disparó con munición mortal, asesinando a un proletario e hiriendo a otro que ha fallecido hace dos noches.

Las clases dominantes bangladesíes y el imperialismo combinan esta represión con intentos de soborno, dando migajas al proletariado: el día 7 se anunció un alza de los salarios del proletariado textil, de 75 dólares mensuales a 113. Este incremento se aplicaría a partir del mes de diciembre y afectaría a cuatro millones de proletarios que trabajan en el sector textil en Bangladés. Pero el proletariado exige que se incremente su salario hasta 208 dólares al mes, la reivindicación que mantienen y por la que luchan desde hace semanas.

Represión policial contra los manifestantes bangladesíes de las fábricas textiles. Fuente: New Age Bangladesh

Ante ello, la respuesta del proletariado es clara y firme: las protestas proletarias han reunido a más gente que nunca el pasado jueves 9 de noviembre, más de 25.000 personas. Estas movilizaciones han continuado chocando con la policía y luchando fieramente en las calles. El sábado 11 de noviembre, se anunciaba que al menos 140 fábricas textiles seguían cerradas debido a las protestas, y los lacayos del imperialismo que están en el gobierno de Bangladés, anunciaban que los casos de denuncia por vandalismo que estaban preparando, se habían incrementado, y ahora eran 32 casos de denuncia contra más de 20.000 proletarios. Hasta el día 12 de noviembre, 122 proletarios han sido detenidos en el marco de estas protestas.

Mientras esta lucha acontece, los principales causantes de las malas condiciones del pueblo bangladesí, los imperialistas, muestran sin vergüenza alguna su hipocresía. El portavoz de la Secretaría de Estado de Estados Unidos, afirmaba que “también están preocupados por la represión contra los obreros”, y numerosas grandes marcas de los imperialistas como Levi Strauss, H&M, etc., afirman que los sueldos deben incrementarse, y que el gobierno de Bangladés debe seguir una política transparente y clara al respecto. Pero a su vez, afirman de forma clara: si se incrementan los sueldos, los precios de la ropa deben subir, porque no van a perder su margen de beneficio. Y mientras declaran estar a favor de buenas prácticas y mejores condiciones para el proletariado bangladesí, estudios sobre el terreno afirman que al menos un 37% de las grandes marcas que importan ropa de Bangladés para venderla, están directamente implicadas en “malas prácticas” contra los obreros de las empresas allí. Algunas de estas marcas son: Zara Inditex, H&M, Lidl, GAP, New Yorker, Primark y Next.

Mientras tanto, los lacayos del imperialismo y lacayos del capitalismo burocrático (y los terratenientes) se han posicionado explícitamente contra el proletariado, y contra el pueblo. La Primera Ministra del país, Sheikh Hasina, de la Liga Awami que gobierna el país, afirmó el viernes 10 de noviembre: “Si toman las calles para protestar debido a la instigación de alguien, perderán sus empleos, perderán sus trabajos y tendrán que volver a sus aldeas”, “Si estas fábricas están cerradas, si la producción se ve obstaculizada y las exportaciones son obstaculizadas ¿que será de sus trabajos? Tienen que entender esto”, “[19 fábricas] han sido atacadas y destruidas [negocios] que les dan pan y mantequilla y comida y empleo”.

Esta lucha del proletariado bangladesí contra los monopolios del textil del capital burocrático es parte de la lucha del pueblo contra la semifeudalismo y semicolonialismo, y contra la dictadura burocrática-terrateniente. No es simplemente una lucha por un incremento salarial, sino por la liberación nacional, contra el yugo y el sometimiento del país a los imperialistas, que tienen el control de la política de Bangladés y lo encadenan a sus intereses, y condenan al pueblo a sufrir y vivir en la miseria, mientras hacen medrar a una banda de ratas vendepatrias como sus lacayos chupasangre.

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